Los que tenemos hijos, o
convivimos con jóvenes, hemos visto cómo las redes sociales se han vuelto parte
fundamental de sus vidas. Pero, ¿qué tanto sabemos nosotros de esta nueva forma
de comunicarse y compartir información?
Las redes sociales son estructuras
de personas que están conectadas por uno o varios tipos de relaciones: amistad,
parentesco, intereses comunes, etcétera. Facebook, Hi5, MySpace,
Metroflog, Badoo, —sólo por nombrar las más famosas en nuestro
país—, son comunidades en línea donde el usuario crea un perfil y, a partir de
éste, hace invitaciones a otras personas para que sean sus “amigos” y puedan
estar en comunicación.
Estos sitios son muy populares
entre adolescentes y cada vez más niños, pues les permiten compartir fotos,
videos, mensajes instantáneos y comentarios que publican en su perfil. Para
ellos, ser parte de una red social es una forma de decirle al mundo que
existen, cómo son o cómo quisieran ser vistos, lo que hacen y les gusta hacer,
lo que piensan y sienten, sin ninguna inhibición.
Las redes sociales representan
una forma fácil y divertida de interactuar con otros; sin embargo, existen
algunos riesgos relacionados a su mal uso ante los cuales no podemos cerrar los
ojos, sobre todo, si consideramos que muchos de los datos que registran
nuestros hijos en sus perfiles pueden estar al alcance de millones de personas,
si no se establecen los controles de privacidad necesarios.
Aunado a esto, está el uso que
los propios adolescentes hacen de las redes, quienes en busca de popularidad,
aceptan invitaciones de amistad de gente que no conocen en la vida real, pues
piensan erróneamente que entre más amigos tengan en su perfil, serán más
famosos y aceptados socialmente. Por ello es muy común que publiquen
comentarios, fotos y videos con contenido sexual o sugerente, o en los que
suelen alardear de sus pertenencias y estilos de vida, exhibiéndose
peligrosamente (y también a los miembros de su familia) ante delincuentes o
agresores sexuales, que se sabe están recurriendo inteligentemente a las redes
para acercarse a niños y jóvenes con fines perjudiciales, entre los que se
encuentran el acoso, la explotación sexual e incluso el secuestro.
Ante este “aterrador” panorama, ¿qué
actitud debemos tomar frente a las redes sociales?
Aunque parezca incongruente lo
primero es no prohibirles su uso. De cualquier forma, se las ingeniarán para
utilizarlas. Es mejor involucrarnos activamente en este tema, informarnos y,
sobre todo, estar en comunicación constante para alertarlos sobre los riesgos
que existen y aprendan a hacer un uso positivo de estas redes.
Fuente:
www.clicseguro.sep.gob.mx